martes, febrero 15, 2011

La tercera maratón de mi papi


Esta vez ha sido Sevilla, el lugar escogido por él, para hacer su tercera maratón, esta vez dedicada a Gonzalo, y allí nos hemos desplazado toda la familia. Mis papis con mi hermano, pero también mis abuelos y mis tías Bárbara y Esther.

No hubiera sido lo mismo, si los amigos de mis abuelos, Elo y Manolo, no nos hubieran dejado su casa para pasar allí todo el fin de semana. Así es que allí estuvimos el resto del tiempo que no anduvimos por las calles de Sevilla.

La carrera iba saliendo bien hasta el kilómetro 30 y los tiempos marcados iban respetando a los estimados. El ritmo por kilómetro que marcaba mi papi hasta ese momento, era muy constante y todo hacía prever que iba a parar el crono, al término de los 42195 metros, por debajo de las cuatro horas, concretamente en 3:55:35, que era el tiempo programado.

Sin embargo, en una maratón puede pasar cualquier cosa e incluso pueden pasar cosas que no han pasado nunca en los entrenos, como así fue. Ni las zapatillas ni los calcetines, eran nuevos y por tanto nada parecía indicar que pudieran dar problemas. El espíritu de maratón se presentó en forma de ampollas en los dos pies; una enorme y totalmente desollada y otra mas pequeña pero sangrante, en el otro pie.

A partir precisamente del kilómetro 31, los tiempos fueron aumentando y aunque sabíamos que no iba a entrar antes de las cuatro horas, por otro lado estábamos seguros que entraría en meta. Y así fue. Apareció en el estadio olímpico rondando los 4:09:00 para acabar marcando un definitivo 4:11:49

Muchos dicen que con acabar es más que suficiente, pero sabemos que los corredores no se conforman con solo acabar. Pero eso ya lo dejaremos para otra ocasión. Siempre existe un siguiente reto y ya llegara el día de lograrlo. Por lo de ayer,... ¡¡Fantástico Papi.!!, ¡¡Enhorabuena!!

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